Un llamado a los diputados para que se mantenga la ley que prohíbe la minería metálica en El Salvador (Ver Vídeo), hizo el Presbítero de la Diócesis de San Vicente, Carlos Barrera. Esto ante el temor que han externado organizaciones de la sociedad civil, de cara a que en la Asamblea Legislativa electa para el período 2018-2021, se pudiera llegar a modificar la referida ley.

“Un llamado a todos los diputados, que están en su puesto porque la gente los ha elegido para servir con hechos concretos, y en este tema de la minería la población les exige que sepan mantener la ley y si la van a cambiar, que sea para mejorarla, no para empeorarla, no para dar salidas con vacíos de ley, para que pueda desmejorarse y al final terminemos siempre ultrajando la dignidad de las personas, a todos los seres vivos y la ecología”, expresó el sacerdote Barrera.

Para este religioso “la ley (de prohibición de la minería metálica) es muy importante, pero de nada va a servir si no se llega a aplicar o en el peor de los casos se deroga o se le cambia algo; al final eso sería algo fallido o algo que vamos a perder. Ahora es cuando las organizaciones sociales, la iglesia misma, debe reclamar que se cuide este logro, porque sino se perdería lo que se ha alcanzado hasta el momento”, afirmó.

Este sacerdote de la Diócesis de San Vicente, hace este llamado a las y los diputados electos luego de que tuvo la oportunidad de conocer, durante gira que Cáritas organizara, la explotación minera que se realiza en el Municipio de La Unión Copán, departamento de Santa Rosa de Copán en Honduras (Vea Vídeo). “Al estar en ese lugar de explotación minera me impactó que lo único que importa es el afán de hacer dinero, no se respeta la dignidad humana, ni de los vivos ni de los muertos, menos la de los otros seres vivos”, explicaba el Presbítero haciendo referencia a que en ese lugar las excavaciones a cielo abierto que realiza la minería han acabado con montañas enteras y el avance de las mismas ha llegado hasta el cementerio de la localidad obligando a los pobladores a exhumar los restos de sus seres queridos. “El afán de dinero desmedido puede causar el irrespeto a la vida humana, ni los muertos se respetan” manifestaba con indignación.

Este religioso compartía su asombro sobre “el gran daño ecológico. Los mismos pobladores nos decían como eran las montañas antes. Nos mostraban las (montañas) que se veían a lo lejos y nos decían que así eran las que existían antes de la explotación minera, ahora ya no había ni rastros” manifestaba Barrera. “Aquí está en juego ya algo ético, pues tiene que ver que nosotros como seres humanos, debemos saber valorar lo que la naturaleza misma nos provee, pero de un modo racional, adecuado y para un beneficio de todos no de unos pocos y sin afectar la dignidad de otras personas”, explicaba este sacerdote que es formador en el Seminario de la Diócesis de San Vicente.