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“Estábamos caídos y nos han levantado”
“Nos han venido a pegar un levantón, como que estábamos caídos y nos han levantado. Con el dinero que íbamos a comprar los insumos ya nos sirve para comprar medicina u otras cositas para la familia. Recibimos también las capacitaciones, nos llevan a las escuelas de campo. Yo coordino un grupito de 21 beneficiarios, con los que vamos a las parcelas demostrativas, y hemos aprendido mucho. Yo no sabía cómo se sembraba, nosotros sembrábamos como uno cree, hoy sabemos cómo se siembra, también la forma de fertilizar…”, así se expresó William Enrique Ventura, quien vive en el Caserío La Joya, Cantón Tijereta, municipio de Torola, departamento de Morazán.
Entrega de ayuda monetaria multipropósito en el departamento de Morazán. |
Ventura es una de las casi 25 mil personas que están siendo apoyadas por el proyecto PROSPERA que Cáritas está ejecutando en las diócesis de San Miguel (departamento de Morazán), Sonsonate (departamento de Sonsonate) y Santa Ana (departamento de Ahuachapán), con el apoyo de BHA-USAID y CRS. Este proyecto busca ayudar a las familias a recuperarse del impacto continuo de la pandemia de COVID-19 y las pérdidas sufridas debido a la sequía y otros fenómenos meteorológicos extremos.
A sus 35 años y con casi toda su vida siendo agricultor, William valora las capacitaciones que recibe en las Escuela de Campo (ECA), dentro del rubro de Agricultura que este proyecto desarrolla junto a otros rubros como son el de Asistencia a través de transferencias monetarias multipropósito (Multipurpose Cash Assistance); Ganadería (Especies Menores/Aves de Patio); Sistemas de Recuperación Económica y de Mercado y agua, saneamiento e higiene.
“Nosotros hemos perdido con las sequías y con eso de la pandemia que no podíamos salir y nos sentíamos un poco abandonados, pero ahora Cáritas nos ha ayudado de gran manera, estamos agradecidos como familia y comunidad”, expresa este hombre esposo y padre de 3 hijos.
Por su parte Ana del Carmen Tobar, a quien se le ha entregado ya la primera de 3 transferencias monetarias (cada una de $130 dólares), visiblemente emocionada, con voz entrecortada y sus ojos llenos de lágrimas nos comparte que con el dinero recibido ha “comprado todo lo necesario de la casa, un montón de cosas llevo ahí, pollo, tomates, azúcar, de todo llevamos hay. Le doy gracias a Dios que hemos recibido esta ayudita, en mi familia somos 3 niños y los dos nosotros”, nos comparte esta mujer campesina de 42 años madre de 3 niños de 10, 6 y 2 años y cuyo esposo se dedica al cultivo de la tierra para el sostenimiento familiar. Ellos residen en el caserío La Gloria, Municipio de San Julián, departamento de Sonsonate. (Ver vídeo)
“Me van a dar formación para el manejo de las aves de corral. Con la idea de que podamos mejorar, para echar las gallinitas y mejorar el chinaste de animales y así podemos mejorar el consumo diario de huevitos para la comida de los niños. Nos han dicho que estas gallinas ponen bastantes huevos. Lo bueno es intentar trabajar para ir mejorando las cosas poco a poco”, manifiesta Raquel de Castro de 39 años y residente del Cantón Corralito, Caserío Matapalo 1, municipio de Corinto, departamento de Morazán en la Diócesis de San Miguel.
“Ya recibí 3 quintales de abono, 1 bolsa de cal agrícola, 2 litros de foliar, otras cosas y un segundo beneficio son las aves, me han dado 3 pliegos de lámina, 30 yardas de maya, un comidero y un bebedero de agua, un quintal de concentrado para las aves, 9 pollas y un pollito”, explica Castro quien también es parte de las personas que están siendo apoyadas con las capacitaciones agrícolas, ha recibido también los insumos que les permitirá tener mejores cosechas y disminuir los costos destinados para la siembra, lo que apuntalará la economía de su familia compuesta de sus 3 hijos (13, 10 y 9 años) y su esposo.
“Hemos recibido enseñanzas que nunca vamos a olvidar, lo que se queda en mente, lo que uno aprende nunca se olvida y aunque los proyectos no duran todo el tiempo, pero las prácticas que uno aprende las pude ir aplicando en los terrenos, aunque sea alquilado, siempre con la bendición de Dios”, así reflexiona finalmente esta mujer que lucha día a día por sacar adelante a sus hijos.