Skip to main content

Noticias

Beatificación de Monseñor Romero: El triunfo del amor sobre el odio.

| Cáritas Nacional/I.Vallecillo

La Beatificación de Monseñor Romero es "vivir el triunfo de la verdad sobre la mentira, del amor sobre el pecado, sobre el odio. Dios siempre se manifiesta en el momento oportuno", así se expresó la religiosa guatemalteca Dominica de la Anunciata, Rosa María Leal, durante el acto de beatificación de Monseñor Romero, resumiendo muy bien el sentir del más de 700 mil personas (según estiman autoridades gubernamentales) que se dieron cita en y alrededor de la plaza del Divino Salvador del Mundo para presenciar el momento en el que el Obispo mártir era declarado beato. (Vea galería de fotos)    

 

Obligada resulta la comparación de este momento con el del sepelio del ahora beato Oscar Romero. Durante el acto de beatificación el enviado del Papa Cardenal Angelo Amato, señalaba que esta misa era la continuación de la que había sido interrumpida en el momento de su muerte (de Romero) al igual que la de su sepelio. "El momento del sepelio fue un momento como de cruz, era muy hermoso el inicio de la celebración, pero cuando empezó la balacera, la masacre fue como vivir el calvario con Jesús...", recuerda la religiosa, llegada con otras de sus hermanas, comparando aquél trágico día del 24 de marzo de 1980 con el 23 de mayo de 2015 en el que Romero ha sido elevado a los altares.

Extranjeros y salvadoreños abarrotaron la plaza y sus alrededores; entre estos últimos destacaban los voluntarios en su mayoría jóvenes que sin haber conocido personalmente a Monseñor Romero, llegaron emocionados y felices de poder ser parte y vivir sirviendo este dia. Xiomara Moreno, fue una de las voluntarias que llegó desde Aguilares, parroquia del sacerdote Rutilio Grande. Ella como otros voluntarios se prepararon con anticipación para estar aquí. "Estoy muy emocionada, feliz de que estemos unidos, en sintonía por esta alegría y este espíritu. Para mí Monseñor Romero es un gran ejemplo, una figura que nos reta, no es sólo una palabra es alguien que te reta, que te hace decir que cada día tengo que hacer algo para ser diferente, mejor. Él era una persona normal, pero empezó a hacer cosas diferentes, sin importarle que los demás lo criticaran o amenazaran", dijo esta joven de 20 años para quien Romero es más que un recuerdo.

"Así como Monseñor Romero sirvió así nosotros estamos tratando de servir a otros por amor" agregó Irving Arévalo otro joven voluntario que se encargó de apoyar a los asistentes al evento de los cuales muchos habían llegado al lugar desde la noche anterior para la vigilia previa y estaban extenuados pero dispuestos a presenciar el momento histórico en que su Obispo subiría a los altares.

Por su parte otra voluntaria llegada del Municipio de Aguilares, de la Parroquia El Señor de las Misericordias, Marilyn Alvarenga, recordó a Rutilio Grande, quien fuera párroco en ese lugar y de quien la Iglesia Católica está en preparativos para presentar su caso en el Vaticano. "Rutilio Grande es un personaje de nuestro Municipio (Aguilares) es un gran ejemplo de entrega a la Iglesia, de servicio y de amor a Dios", explicó esta joven que junto a millares se congregó en la Plaza del Divino Salvador del Mundo, en la capital salvadoreña, el pasado 23 de mayo para honrar la figura del ahora beato Oscar Romero.