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¿Qué pasa con las familias afectadas por el derrame de melaza?

| Cáritas Nacional/I.Vallecillo

Para constatar las condiciones de las comunidades afectadas por el derrame de melaza acaecido hace más de dos meses en el río Magdalena en el Municipio de Chalchuapa, Ahuachapán, Cáritas realizó una visita junto a habitantes del lugar, periodistas, representantes de la Alcaldía del Municipio de San Lorenzo (otro de los afectados) y biólogos de la Universidad de El Salvador (UES). (Vea fotos) La visita nos llevó hasta el lugar llamado El Playón de los Encuentros, ubicado a varios kilómetros del Ingenio La Magdalena (causante del derrame de melaza) donde se juntan los cursos de los ríos Grande de San Lorenzo, Río Paz de Guatemala, Río San Antonio y Río Agua Caliente. (Vea Vídeo)

 

Para constatar las condiciones de las comunidades afectadas por el derrame de melaza acaecido hace más de dos meses en el río Magdalena en el Municipio de Chalchuapa, Ahuachapán, Cáritas realizó una visita junto a habitantes del lugar, periodistas, representantes de la Alcaldía del Municipio de San Lorenzo (otro de los afectados) y biólogos de la Universidad de El Salvador (UES). La visita nos llevó hasta el lugar llamado El Playón de los Encuentros, ubicado a varios kilómetros del Ingenio La Magdalena (causante del derrame de melaza) donde se juntan los cursos de los ríos Grande de San Lorenzo, Río Paz de Guatemala, Río San Antonio y Río Agua Caliente. (Ver Vídeo)

El Río Magdalena, donde fue vertida directamente una cantidad desconocida de melaza, se une a pocos kilómetros de donde se originó el desastre, con el Río Grande de San Lorenzo y es a la rivera de este río donde Cáritas en la Diócesis de Santa Ana acompaña a varias comunidades, entre ellas la del Caserío el Potrerillo, del Municipio de San Lorenzo. "El derrame ha provocado la desaparición de unas 36 especies de peces, sin hablar de otras formas de vida que existían en el río" explica el responsable de la unidad Ambiental de la Alcaldía de San Lorenzo, Carlos Wilfredo García. Él considera que es imposible poner un valor económico al daño causado al ecosistema y a la afectación que en la economía y la salud de las familias y el Municipio ha provocado este desastre ambiental. (Vea vídeo)

"Las condiciones de vida de las personas campesinas que habitan en la zona son más precarias que antes del derrame", dice la Coordinadora del Proyecto de Agroecología de Cáritas en la Diócesis de Santa Ana, Ing. Rosaura Aguirre, que trabaja desde hace cinco años con los habitantes de las comunidades que viven en la rivera de este y otros ríos afectados por el desastre.

"En los cinco años que tengo de trabajar aquí, siempre se habían dado derrames leves de melaza por parte del Ingenio la Magdalena, pero en esta oportunidad fue el colmo. Fue una tremenda capa de melaza", afirma Aguirre y "nadie nos sabe decir que cantidad fue la que se vertió, ni el ingenio, ni el Ministerio del Medio ambiente. Existe muchas preguntas sin respuesta como ¿qué se va a hacer con estas comunidades?" pregunta la representante de Cáritas sensiblemente preocupada por la vida, la salud y la economía de los habitantes afectados.

"Nos hemos visto afectados con los peces, la salud y la ocupación de las aguas" explica Gabriel Antonio Pérez, habitante del Caserío el Potrerillo, Cantón e Portillo, Municipio de San Lorenzo. "Nosotros vivimos del pescado porque lo agarramos para comer y para vender" señala. "Nos ha afectado (el derrame) bastante porque de esto (los peces) y de la agricultura vivimos, pero después de tres años de sequía, más esto (la muerte de los peces) estamos doble golpeados. El río va normal pero ha quedado dañado porque siempre nos agarra como alergia cuando nos venimos a bañar" afirma Pérez quien al igual que cientos de personas que viven en la zona, su vida dependen en buena medida del río para actividades como lavar su ropa, bañarse, pescar, etc. "En nuestro caso no bebemos agua del río porque gracias a la organización que ha impulsado Cáritas hemos logrado tener agua potable para beber" manifiesta, pero este no es el caso de otras comunidades que deben ingerir esta agua.

"Triste estoy, porque sin agua uno no es nada, imagínese no tener agua ni para tomar ni para el gasto" dice Juana Antonia Fajardo, quién reside en el Caserío Los Fajardo (el paso del Pito), San Lorenzo, y que debe consumir el agua para beber directamente del río. "Ahora lo que nosotros hemos visto es que después que llovió el 20 de mayo el agua se lavó bastante pero ha quedado como batida, no ha llegado a la claridad todavía" dice esta mujer de cuarenta y dos años que para poder beber agua debe hacer hoyos al borde del río, extraerla de ahí el agua y luego colarla. (Vea vídeo)

 

Tenemos como un mes de estar todas las semanas viniendo dice el Lic. José González Leiva biólogo de la Universidad de El Salvador "hemos encontrado sólo animales muy pequeños, de una sola especie, no hemos encontrado adultos" explica el experto. "Fue un impacto muy grande y lo que toca es un programa de reincorporación de especies, pero para eso se necesita montar un laboratorio donde se puedan criar en cautiverio estos animales", señala González como una de las medidas que a largo plazo pueden generar esperanza de recuperación para el ecosistema. (Vea vídeo)

(Vea vídeo) Se calculan décadas para la recuperación de este ecosistema afectado y mientras tanto la para Cáritas la pregunta sigue quedando sin respuesta ¿qué pasará con las personas cuyas vidas se han visto directamente afectadas por este desastre ambiental?