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Una esperanza y un sueño alcanzable.
Muy conocido resulta el dato de que El Salvador es uno de los países más deforestados del continente americano. Ante esta realidad no son pocos los que señalan la urgencia de desarrollar actividades económicas que lejos de continuar la depredación ambiental, fomenten la recuperación ecológica. Otra realidad innegable es la necesidad de crear fuentes de ingresos económicos para los habitantes del agro salvadoreño que se dedica principalmente al cultivo de granos básicos, como el maíz y el fríjol. Considerando que El 21.3 % de la fuerza laboral del país se dedica a la agricultura es prioritario mejorar sus condiciones de vida.
Ante este panorama el Proyecto Alianza Cacao busca establecer sistemas agroforestales con cacao, que restauren y conserven la biodiversidad para un desarrollo rural sostenible que permita incrementar los ingresos y las oportunidades de empleo.
"Es una iniciativa muy bonita porque nos permite aprender de la agricultura nuevas técnicas de cultivo, de algo que es nuestro, el cacao, que no sé porque se ha perdido en esta zona. Nos va ayudar mucho económicamente, pues el cacao a quien no le gusta, se puede procesar de varias formas, nos va a permitir comercializarlo de muchas maneras; además va de la mano con el medio ambiente y a nuestra familia en un futuro nos va a bendecir, es un proyecto de vida es algo hay que vivirlo y compartirlo", expresa José Eduardo (en la foto de camisa beige), agricultor en pequeño que reside en la Comunidad La Arenera, Municipio y Diócesis de San Vicente. Aquí llegó Cáritas con el proyecto Alianza Cacao en Diciembre de 2014 y desde entonces al menos 8 grupos familiares se han involucrado en el proceso.
"Con el grupo hemos establecido un vivero, ya tenemos el arbolito en fase de siembra. Ya tuvimos capacitaciones sobre el "estacamiento" y el sembrado, hemos tenido avances en el método de injertar. Tenemos listas unas 18 mil plantas, localmente el vivero va a abastecer en principio a 8 agricultores de la comunidad, pero hemos compartido con otras comunidades, como el Junquillal. Mucha gente está preguntando porque es un trabajo bonito. Tenemos una perspectiva de negocio de emprendedurismo y con el cultivo de cacao queremos cultivar guayaba taiwanesa. Como grupo estamos pesando en especializarnos con este vivero. A medida vamos aprendiendo sobre los proceso queremos implementar otras alternativas, queremos aprovechar", comparte altamente motivado Eduardo, quien se emociona al pensar que a sus dos pequeñas hijas pueda dejarles no sólo una forma de trabajo sino un mejor medio ambiente. "Nos hemos hecho planteamientos en lo que es la producción del cacao queremos asociarlo con otro frutal (guayaba taiwanesa), nos vemos como comerciantes a mediano plazo y como productores de chocolate en un futuro, nos vemos como empresarios en un futuro. Y con nuestras familias y nuestra siguiente generación, vamos a cambiar esta realidad y nuestros hijos le darán continuidad, el cambio tiene que empezar ahora. Si no trabajamos ahora el futuro de ellos sería peor", vaticina Eduardo un futuro esperanzador a partir de la perspectiva que se le ha abierto desde este esfuerzo.
"De la institución (Cáritas) hemos tenido apoyo, recursos, cuando han sido pertinentes. Hemos tenido asesoría, no nos hemos sentido solos en el proceso", explica este hombre quien a sus 33 años de edad ha descubierto que para que un esfuerzo como el de Alianza Cacao pueda dar frutos es esencial la organización, "porque si no todo puede tener otro rumbo. Una de las mayores dificultades es sensibilizar a la gente" expresa este líder comunitario cuya lucha es dejar un futuro mejor no sólo para sus hijas, sino para toda su comunidad. "Vamos a crear otro encadenamiento productivo, vamos air tecnificándolo, mejorándolo. Los niños se van a involucrar desde pequeños, en especial en la conservación de los recursos como el agua. Esto puede llegar a crear empleos con personas que se necesiten para diversos procesamientos, personal para la administración de los cultivos, un encadenamiento de posibilidades. Estamos agradecidos con Cáritas por tratar de cambiar un poco la perspectiva que se vive en la comunidad" dice Eduardo y con la expresión de su voz acaricia una esperanza que con cada paso que da siente más cercana, la esperanza de una vida mejor, un sueño que él siente ya hecho realidad.
Ya al finalizar nos comenta que los avances que van haciendo en su comunidad con el Proyecto Alianza Cacao los van registrando en su Fan Page Vivero Agroforestal La Esperanza, la cual nos invita entusiastamente a visitar para constatar sus progresos.
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